Aunque sé que no debo…
¿Por qué hacemos cosas que sabemos que no debemos hacer?
A veces, nos encontramos en situaciones en las que sabemos que ciertas acciones no son buenas para nosotros, sin embargo, nos sentimos impulsados a hacerlas de todas maneras. Puede que sea comer en exceso, fumar, beber en exceso, procrastinar, gastar más de lo que podemos pagar, o incluso ser desagradables con nuestros seres queridos. ¿Por qué hacemos esto?
Dopamina y placer instantáneo
El cerebro humano está diseñado para buscar placer y evitar dolor. Cuando hacemos algo que nos da placer, como comer alimentos con muchos carbohidratos o comprar algo nuevo y emocionante, liberamos dopamina en nuestro cerebro. La dopamina es un neurotransmisor que nos hace sentir bien y recompensa a nuestro cerebro por buscar ese placer.
Desafortunadamente, esto también significa que buscamos el placer instantáneo, sin pensar en las consecuencias a largo plazo. Sabemos que comer en exceso no es bueno para nuestra salud, pero nos sentimos atraídos a hacerlo de todas formas porque es gratificante en el momento.
Miedo al cambio
Otra razón por la que a veces hacemos cosas que sabemos que no debemos hacer es porque le tememos al cambio. A nuestro cerebro no le gusta la incertidumbre, y cambiar nuestros comportamientos puede ser incierto y aterrador.
Por ejemplo, si sabemos que tenemos que perder peso para estar saludables, eso puede significar cambiar nuestra dieta y hacer ejercicio con regularidad. Esta falta de certeza sobre si seremos capaces de seguir con estos cambios puede hacer que evitemos hacerlos completamente.
Presión de grupo y expectativas sociales
En algunas situaciones, la presión de grupo o las expectativas sociales pueden hacer que hagamos cosas que sabemos que no debemos hacer. Por ejemplo, si estamos en un grupo de amigos que fuma, puede ser difícil resistir la tentación de unirse a ellos. Si estamos rodeados de personas que gastan dinero en cosas extravagantes, puede ser difícil resistir la tentación de hacer lo mismo.
La presión que sentimos para encajar con un grupo o cumplir con las expectativas sociales puede ser muy poderosa y puede hacer que hagamos cosas que sabemos que no son buenas para nosotros.
Conclusión
En última instancia, hacemos cosas que sabemos que no debemos hacer por una variedad de razones. A veces, es porque buscamos el placer instantáneo, otras veces es porque le tenemos miedo al cambio, y en otras es porque estamos bajo una presión social. Pero con la conciencia y la reflexión, podemos trabajar en ser más conscientes de nuestros comportamientos y tomar decisiones más saludables y sostenibles a largo plazo.
Cada vez que sentimos la tentación de hacer algo que sabemos que no debemos hacer, debemos preguntarnos por qué y ser honestos con nosotros mismos sobre lo que estamos sintiendo. A partir de ahí, podemos trabajar en encontrar soluciones más saludables y sostenibles para nosotros mismos.
Recuerda: No tienes que hacer lo que siempre has hecho. Siempre puedes elegir hacer algo diferente.