Una de las preguntas más comunes en el ámbito familiar y legal es a qué edad un niño puede decidir con quién vivir. Esta cuestión suele aparecer cuando aparecen discrepancias entre los padres sobre la mejor decisión a tomar en cuanto a su custodia.
¿A qué edad un niño puede ser escuchado en la decisión de custodia?
En España, no existe una edad determinada en la que se establezca que un menor puede tomar decisiones sobre su situación familiar. Sin embargo, los jueces suelen valorar que los menores sean escuchados cuando tienen suficiente madurez y criterio para opinar sobre su custodia.
¿Cómo se determina la madurez y el criterio del menor?
La madurez y el criterio del menor se evalúa de manera individual y subjetiva, en función de su edad, nivel educativo, experiencia personal y comprensión de la situación. En los casos más extremos, los jueces pueden incluso solicitar la opinión de un equipo psicosocial para determinar si el menor tiene la capacidad necesaria para opinar sobre su custodia.
¿Qué opinión tiene en cuenta el juez?
La opinión del menor es una de las muchas variables que el juez tiene en cuenta a la hora de tomar una decisión sobre la custodia. A pesar de que su opinión es valorada, el juez tiene que tener en cuenta otros factores, como la existencia o no de conflicto familiar, la salud y la estabilidad emocional de los padres y las condiciones en las que se encuentran dispuestos a cuidar al menor. En definitiva, la decisión final siempre la tomará el juez, teniendo en cuenta la opinión del menor como uno de los muchos factores a valorar.
La importancia de mantener al menor al margen del conflicto
Es importante recordar que una situación conflictiva con los padres puede resultar muy perjudicial para el menor. Si hay un conflicto entre los progenitores respecto a la custodia, es fundamental que se evite utilizar al menor como moneda de cambio o como forma de venganza hacia el otro progenitor. El bienestar del menor siempre debe estar por encima de cualquier conflicto entre adultos.
En conclusión
La opinión del menor es un factor importante a tener en cuenta en la decisión de custodia, pero no es el único ni determinante. Es fundamental que los progenitores se aseguren de no utilizar al menor como arma arrojadiza y de mantener siempre su bienestar como prioridad absoluta.